domingo, 24 de mayo de 2015

Reflexionando

Ñiaaa, ¡qué dura es la jornada de reflexión cuando cae en sábado!

Como ya sé a quien votar desde que Don Cascos me hizo la pelota, decidí reflexionar sobre otras cosas tomando el café con mi amigo y vecino, Pepe el de la Pipa.


Nuestro principal tema de conversación no fue otro que LOS PATOS.

Después de descubrir a los causantes del ataque que os contaba el otro día, se resolvió expulsarlos del parque. Sí, fueron los perros que siempre aparecían sueltos y en pandilla. A mí esa raza no me gusta, si te descuidas te cazan y son un poco raros. ¡Dónde estemos los suricatos que se quiten ellos!

Ya sin amenazas pulgosas, decidimos ir a disfrutar de esos pequeños demonios con alas.


ELLA se declara enamorada de este trío de patitos y va todos los días a verlos. Siempre le dice al niño que son suyos, ¡verás cuando se los quiera traer a casa! Aquí no entra otro bicho más porque se lo mato como me llamo Timón.


La mamá pata ha empezado a pasar de nosotros. Cuando ELLA se acerca para sacarles fotos a sus cachorros con pico, ni se inmuta. Eso sí, yo ni me acerco, que he aprendido la lección y además paso de que me pongan una multa después de la que lió la manada de chuchos salvajes matagansos.


Juro que intenté sacar la foto sin sombras, pero los árboles corrían más que yo.

¡Y alguna que otra ave de corral, también! Así que le dejo la cámara a ella y que gane el mejor.


Tratando de demostrar mis dotes fotográficas estaba, cuando apareció en escena el padre de las criaturas, y del susto me dio semejante bajada de potasio que hasta ahora me dura.


Tal que así es, que he tenido que comerme un plátano y parece que me estoy recuperando.

Ñiaaaaa

miércoles, 20 de mayo de 2015

¡Aclaración!

Ñiaaa, hoy vengo a hablar de algo importante.

En anteriores posts habéis visto mis aventuras con los patos en el parque, donde queda claro que yo voy atado, que no me acerco y que más bien son ellos los que vienen a por mí, ¡sobre todo la oca loca!

Esta mañana, encontrábame en una terraza tomando un café para suricatos, en compañía de ELLOS, del niño y de la abuela de la criatura. Como soy un gran intelectual, cogí el periódico con el fin de ver si me había tocado el cupón y entonces leí una noticia atroz: EN EL PARQUE DE LOS PATOS SE ESTÁN SUCEDIENDO AGRESIONES CONTRA LOS SUSODICHOS.

El día de cierta celebración callejera, unos jóvenes borrachos no tuvieron mejor idea que agarrar del cuello a unos gansos y golpearles. Uno quedó malherido y la policía, que se lo encontró agonizante, no tuvo la amabilidad -según las fuentes- de socorrerlo o ultimarlo para que no sufriera.

Pero eso no es todo. Ciertos perros sueltos se dedican a atacar a los patos. ELLA se ha quejado mil veces en su blog de estos dueños a los que no les sale de la cueva de los ratones llevar a sus canes con correa.

El otro día, tuve que repeler una agresión homosexual en dicho parque por culpa de un pincher que me quiso profanar el orificio. Ayer, cuatro perros sueltos se me quisieron tirar. Y el verano pasado tres de estos bichejos se me tiraron al cuello a morderme, motivo por el cual ahora luzco un collar de pinchos.

En el parque, a cualquier hora, se ven perros sueltos y no precisamente pocos. Tampoco es la primera vez que un chucho de cierta raza ahora subida a los altares embiste y se lleva por delante a una persona: gente que hace footing, niños... Concretamente, hace unos meses, uno de estos perros tiró a una niña de tres años y esta se rompió el fémur.

Que sí, que los perros nos merecemos espacios verdes para correr, pero no podemos ser soltados en tropel en parques llenos de gente, donde además hay un estanque con patos, ocas y cisnes que están siendo mordidos y magullados.

Si una persona tiene perros es porque le gustan los animales y las aves de corral están dentro de esta clasificación.

Por lo cual, reivindico el respeto hacia estos plumíferos que no se merecen sufrir las consecuencias del comportamiento de dueños irresponsables.

¡Ni mi trasero tampoco!

Ñiaaaaaaa

martes, 19 de mayo de 2015

¡Ya sé a quien votar!

Esta mañana, para no variar, los que viven conmigo se fueron a tomar el café con el primo de ÉL y su mujer, gran amiga de ELLA. Por desgracia tienen niños de la misma edad, que no quiero ni pensar en cuando aprendan a tirar de las orejas...

En fin, que me voy por los cerros de Úbeda, pueblo de Joaquín Sabina y provincia de Jaén. A lo que iba, ¡hasta las dos de la tarde no llegaron a casa!

Venían tan arrepentidos que se sintieron culpables y nos sacaron a Mapo y a mí...

...Y cual sería nuestra sorpresa, cuando a pocos pasos de nuestro portal nos cruzamos con este señor:


ÉL, que lo conoce desde tiempos lejanos, se paró con el susodicho, que le preguntó porqué iba Mapo con bozal. Esa historia da para un post, pero mi dueño se la resumió a Don Cascos, quien se mostró muy empático y amante de los animales.

Me ha conquistado, ¡ñiaaaa! Creo que voy a dejar el comunismo y votar a Foro. O compatibilizarlo, aún no lo sé.

En otro orden de cosas, por la tarde volví al parque, volviendo a coincidir con esa pandilla de aves de corral que tanto le gusta ver a ELLA.


¿Ha quedado claro que soy un suricato, o todavía tenéis dudas?

Lo peor fue que, a la salida del parque, un pincher enano y suelto se me subió encima con el fin de profanar mi ass. ELLA me cogió en brazos y siguió de largo, lanzándole una mirada de absoluto desprecio a la dueña del can.

Ñiaaaaaaaa

domingo, 17 de mayo de 2015

El tejadillo

Para los que me seguís en Facebook, no es ningún secreto lo que ocurre en el tejadillo, actualmente rebautizado como "el patio de Timón".

Como sé que muevo masas y no tengo duda de que algún recién llegado se habrá viciado a mi vida y me lee en las sombras, voy a comenzar esta historia por el principio de los tiempos.


Vivo en un edificio antiguo, sito en una calle peatonal del centro de la ciudad. La distribución de la finca es la siguiente:

Bajo: La tienda.

Primero: Nosotros.

Segundo: Mario, el vecino.

Ático: El trastero, donde sube Atunsito cuando se escapa.

El edificio constaba de un patio, donde los de la tienda de abajo construyeron un almacén. Este, como es natural, tiene techo: EL TEJADILLO.


Sobre él solemos encontrarnos con la colonia controlada, formada por cuatro gatos castrados que responden a los nombres paganos de Don Gato, Obama, Murcielaguín y Rodolfo.

Un día, ELLA hizo la gracia de "voy a tirar a Timón por la ventana" y me llevé un susto de muerte, pero cuando repitió la broma hacía sol y decidí pasar un buen rato.

Ahora, soy yo el que pide a menudo que me suelten en el tejadillo.

Más de una vez, estando yo allí apareció Don Gato y eché a correr detrás de él, yéndome por los tejados a la par que ignoraba las voces de mis dueños.

El tejadillo tiene unas escaleras que dan a la terraza de una conocida cafetería de mi ciudad. ELLOS toman mucho el café en ese sitio (y en otros, están todo el día por la calle tirando el dinero y luego a mí me compran pienso de oferta) y ya alertaron a los camareros de que si me veían, los avisaran o me subieran de nuevo al tejadillo. ¡Humillante!


Atunsito se escapó al tejadillo el verano pasado y ÉL exclamó la ya famosa frase "perdimos a la gata", justo antes de echar a correr detrás de ella para sobornarla con salchichas.

Otra vez lo repitió y se llevó una sonora colleja de Rodolfo, que no estaba interesado en entablar ninguna amistad con ella.

El otro día, volvió a hacer la gracia, pero no se pudo resistir a una loncha de jamón de york de Campofrío y no duró ni cinco minutos prófuga.

Todos tenemos un precio.

Ñiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

viernes, 15 de mayo de 2015

La oca loca

Ñiaaa, hoy he sufrido un tenebroso episodio de violencia.

Al igual que le ocurrió recientemente al marido de cierta bloguera, he sido atacado por una oca con serios problemas mentales.

Todo comenzó esta tarde, cuando paseaba yo por el parque con ELLOS, el niño y nuestro vecino, Pepe el de la Pipa.

A lo lejos, divisamos un estanque y ELLA decidió acercarse porque vio esto:

 

Sí, patitos pequeños.

...pero no estaban solos...

Y aquí llega la prueba videográfica de lo que ocurrió:


Por suerte, salimos ilesos.

Con lo que me gusta a mí matar gallinas y el acojone que me dan las ocas.

Ñiaaaa

jueves, 14 de mayo de 2015

Putón

Así me llaman ahora en casa, porque de BOTÓN a PUTÓN sólo hay un paso.

Putón, Tim Putón, Putoncín, Putoncio, Señor Putón... estos son algunos de los motes-insultos que debo soportar a diario.

Como venganza, ayer LA acompañé a su habitación cuando fue al armario a por una camiseta y, estando de espaldas, me subí a su cama. Cuando se dio la vuelta, yo ya tenía la pata levantada y me encontraba regándole el edredón.

No voy a transcribir lo que salió por esa boca, porque no quiero que la policía me chape el blog.

Pero lo más humillante ocurrió esta medianoche. Es decir, hace una hora.

Fueron a cenar a casa de Cry, el hermano de ELLA. Llegaron a eso de las 00:00 y no se les ocurrió nada mejor que salir a caminar. Sí, a esas horas. Sí, les falta un verano y este que empieza no va a ser pa´ellos.

Total, que tuvieron el detalle de llamarme al telefonillo para que bajara. Cogí mi collar de pinchos anti bocados de perros sueltos y me fui con ellos. Como no había nadie en la calle, me dejaron ir suelto, por lo que desfasé correteando a mi aire.

En un momento en que me alejé un poco, ÉL gritó [altísimo]:

-¡Putónnnn! ¡Ven aquí!

Con tan buena suerte que pasaba una pareja  y el paisano lo miró fatal.

Normal, claro, porque es de pirados ponerme ese apodo y encima desvelarlo a voces.

ELLA, con lo descarada que es, se rió con ganas y dijo que cada uno llamaba a su perro como le daba la gana. ÉL añadió: "¡Cómo si lo quiero llamar Lassie!"

¡Qué humillante! ¡Ñiaaaa!

Aquí os dejo un video de hace un rato que es prueba concluyente del maltrato verbal al que soy diariamente sometido por parte de estos dos:

sábado, 9 de mayo de 2015

Hace 12 meses...

... nacía una gata gocha y pegona.

Es cariñosa y muy buena, pero no puede haber una habitación abierta con ella en casa. Cuando menos te lo esperas, se sienta y abre el grifo.

Eso sí, hay algo en lo que la supero. Si el pis de gato huele mal, el mío es mucho más asqueroso y vomitivo.


Durante un tiempo, cada vez que aparecía un jiñote en el suelo me enterraban el morro en él. A mí me daba un asco que me moría... ¡porque no era mío, sino suyo!

Por el contrario, a la gata cochina la castigaron más de una vez por mear en el escritorio... hasta que me pillaron subido encima levantando la pata.

Siempre nos hemos puteado como buenos hermanos, pegándonos palizas de muerte.


Ella me muerde la cara, micciona mi cama, me pega zarpazos, se come mi comida, me roba las cosas... Pero es mi hermana y la quiero.


¡Muchas felicidades, pedazo de guarra!

A ver si ahora que ya no eres un cachorro te entra el sentido y te portas mejor, porque sino... sino... ¡Voy a abrir la ventana para ver si te piras y te pierdes!

Ñiaaaa

domingo, 3 de mayo de 2015

No me dejan ir al pueblo

Llega el verano, el buen tiempo, sale el sol, los pajaritos cantan, las nubes se levantan... ¡y yo aquí!

No me dejan ir al pueblo.

Hace dos sábados fueron a las fiestas.

Este al cumpleaños de mi amiga Tere.

¡Y yo en casa!



Pensaréis que no me invitaron... ¡Pues no fue así!

Tere les pidió que me llevaran, pero ELLOS no accedieron. ¿Por qué? Por mi pasado.

El año pasado, en el pueblo hubo dos bajas por culpa mía y ya sabéis que la natalidad en el ámbito rural español va de lo más justa.

Primero me cargué a un conejo sin nombre y días después a Mosquitera, una vetusta gallina japonesa, que ya era toda una institución en el lugar.

ELLA, en vez de sacar la cara por mí y decir que normal que los liquidara si dejaban la puerta de la cuadra abierta y andaban por el camino respectivamente, les dio la razón a los vecinos.

Cuando estos se quejaban, apostillaba: "Sí, es un malnacido". ¡Yo! ¡Con lo bien que fue mi parto, por el amor de Dios!

Como resultado, soy tan odiado que para no exponerse a que vuelva a hacer de las mías, ahora me quedo en casa.

Lo peor es que van a comprar esto para el verano...

 
 
...¡y yo no lo voy ni a catar!
 
Ñiaaaaaaa